El mundo ya cambió

2020-05-02T17:57:25+00:002 mayo, 2020|

El mundo ya cambió pero no nos dimos cuenta.

Mientras en estos últimos años nos afanábamos para crear un mundo mejor, consciente y sostenible, nos olvidamos de que el mundo ya había cambiado.

Nos olvidamos de que el único propósito
de nuestra existencia es vivir

Al separarnos de tan digno, obvio y lógico instinto y sentido de esta vida, perseguimos un mundo artificial, un sueño lejano, una lucha continua entre lo que es y lo que debe ser, tratando de construir un mundo que mereciéramos.

¿Quién nos mandó a hacer tal tarea?

Acaso Dios, acaso esa Conciencia superior o Mente inteligente que nos dirige desde un lugar que no existe. Acaso nuestro miedo, amparado por la ignorancia de quiénes somos.

O acaso ese sentimiento de culpa y castigo que siempre ha acompañado a la Humanidad.

El mundo ya cambió pero no nos dimos cuenta.

Mientras que, por el bien y el cuidado del planeta, reciclábamos todo aquello que ya no nos servía, ahora es imperativo tirar inmediatamente a la basura todo aquello de lo que hacemos uso.

Mientras nos ocupábamos de que no hubiera plásticos en el fondo de los océanos y firmábamos a favor de eliminar los envases de plásticos de alimentos tales como verduras y frutas que compramos en los supermercados, ahora estos pasarán a estar totalmente cerrados y herméticos, protegidos de cualquier posible partícula invasiva que flote en el aire.


Mientras muchas personas guardaban el dinero en cajas fuertes y otras no hacían uso de tarjetas de plástico por si acaso y mientras otras asistían a cursos sobre la abundancia, en los que las instaban a tocar y manosear el dinero con el fin de tener una buena relación con él, ahora se convierte en imperativo hacer uso de dichas tarjetas y del dinero virtual, invisible, así como pagar con el teléfono móvil.

A muchas personas, este mundo que ya cambió, les costará un gran disgusto.

Mientras que muchas personas se hacían animalistas, como un sentimiento acorde a estos tiempos, ahora son los animales salvajes los que cruzan las carreteras para ir en busca del ser humano, pues somos parte de su existencia.


Mientras las personas evitábamos ser envenenadas por medio de conservantes, aditivos, pesticidas y nos inclinábamos por una alimentación sana y biológica para no contraer cáncer y demás enfermedades, ahora es un virus microscópico que se posa incluso en la manzana ecológica que consumimos, el que nos mata.

Mientras que las personas acusaban a la industria farmacéutica de ser el gran depredador del ser humano, ahora esperamos fervientemente por la vacuna que nos aleje del mal actual, que la misma industria farmacéutica nos hará llegar.

Mientras que se luchaba contra el cambio climático y sobre todo, contra la contaminación en las ciudades y sustituimos los coches por los patinetes y bicicletas, hoy y ahora no podemos respirar este aire limpio de gases tóxicos a pulmón abierto, amén de que es aconsejable desplazarnos en coche, pues el aire que exhalamos queda en el habitáculo del vehículo y no fuera de él.

 

Paisaje, Vida,

Todo es como tiene que ser

Mientras que muchas personas luchaban en contra de la educación reglada, en pos de una educación libre en la que los niños se expresaran con total libertad, tocando todo a diestro y siniestro, expresándose cual almas libres, acaso sin norma alguna de comportamiento social, acaso excluidas las normas básicas de higiene, los niños de ahora se acostumbran a usar mascarillas, a lavarse las manos continuamente y a estar en un lugar recogido donde sean constantemente vigilados por un adulto.

Los niños de ahora aprenden que tocar a otros no es recomendable.

Aprenden a que jugar en el parque con otros niños puede ser peligroso, porque, como buen ciudadano, el niño puede contagiar a otros niños y como mal ciudadano, el niño puede ser contagiado por otros.

 

 

coronavirus, universo, niños

Cambio de Realidad

 

Mientras que las personas del mundo se sentían atraídas por lo mismo y al mismo tiempo, por ese ocio de masa, de parques temáticos, conciertos, espectáculos multitudinarios, por las vacaciones en agosto propias de los habitantes del hemisferio norte, por los cruceros a reventar de gente, por alojarse en hoteles con todo incluido, ahora hay que ser un individuo y no una masa, aunque sigamos siendo un colectivo.

Mientras que muchos buscaban misterios sin resolver, voces y visiones del más allá, tratando también de hablar con los fallecidos y destapar secretos durante siglos ocultos, ahora tienen que ocuparse de mantener la distancia aconsejada entre seres humanos del más acá y de lavarse las manos con atención, mientras se sienten responsables de buscar en el más allá o en la historia no vivida pero sí contada e imaginada, el motivo y razón de esta pandemia.

Mientras que algunas personas hacían un uso excesivamente confiado del internet, con un afán irrefrenable de estar informados por cualquier otro ser humano digno de destapar un secreto, huyendo de los medios de comunicación oficiales y tradicionales, ahora usan con recelo las herramientas de internet pues se sienten vigilados por ese gran poder del que huían.

Se encontraron en el mismo camino, pues ambos se necesitaban.

Mientras el mundo occidental se inclinaba por una espiritualidad oriental, haciéndose más humilde en este acto, comiendo ligero y negando ciertos alimentos por una razón de conciencia, ahora corren todos a comprar papel higiénico, símbolo del sub-programa cerebral de las personas del siglo XXI que corresponde al lujo, a la protección y al bienestar.

La vida no deja de ser una paradoja

coronavirus, Covid19, cambio de realidad

La ironía de la vida

Mientras las personas se jactan de criticar a sus políticos, sin darse cuenta de que estos no son sino una proyección del pueblo al que representan, ahora son los políticos quienes velan por las personas, nos cuidan y nos protegen y los buenos ciudadanos acatamos las órdenes de aquellos a quienes seguimos criticando, pues la libertad de expresión es gratis, no te pide nada a cambio y además, todos tenemos derecho a ella.

Mientras que la Humanidad describe un universo enorme, en el que otras galaxias coexisten con la nuestra, en el que posiblemente seres más «evolucionados» que nosotros existan, ahora se ve obligada a mirar lo microscópico, a «protegerse» de aquello que no puede ver, como la supuesta galaxia que coexiste en este mismo tiempo en el que la Humanidad ha medido las cosas de su propio mundo y de su tiempo.

Covid-19, Coronavirus, Pandemia, Infección, Enfermedad

Un universo en una partícula microscópica

Mientras que el mundo tendía, con cierto ingenuo desacierto, a la igualdad entre ricos y pobres, entre mujeres y hombres, entre niños y adultos, entre educados y maleducados, entre los menos inteligentes y los más inteligentes, entre los habilidosos y los inútiles, entre los vagos y los eficaces, entre la belleza y la fealdad, entre el instinto y el despropósito, entre los animales y las personas, ahora un virus invisible y microscópico nos iguala a todos para hacernos recordar que estamos aquí para vivir.

El mundo ya cambió pero no nos dimos cuenta porque nos olvidamos de que el único propósito de nuestra existencia es vivir.

 

¡Gracias por disfrutar de la vida!

Ruth Morales

 

Ruth Morales. Espacio Percepción y No Tiempo 2020

Nuevo Espacio Percepción y No Tiempo 2020

Asiste en directo a las sesiones Percepción y No Tiempo y otros eventos, podrás ver online y descargar las grabaciones de todos los eventos, vídeos explicativos, audios, escritos, libro «El No Tiempo», espacio para preguntas y demás material sobre Percepción y No Tiempo creado por Ruth Morales.

Ahora accede cómodamente al Espacio Percepción y No Tiempo con el nuevo sistema de cuotas.

Más información

Comparte esto
Mostrar botones
Ocultar botones