El propósito mayor

¿Existe un propósito mayor en esta existencia? ¿Has sufrido de contratiempos que te han alejado de lo que querías hacer? ¿Has tenido un golpe de suerte que no esperabas?

Este artículo es una actualización de un artículo del mismo nombre publicado por mí el 26 de diciembre del 2013, hace 5 años ya.

En ciertas ocasiones, a lo largo de nuestra existencia, no sabemos la razón de tantos impedimentos que se nos presentan para llegar a conseguir algo. También ignoramos el por qué nos salen bien las cosas, a pesar de no habernos esforzado en que así fuera. Queremos comprar algo y no llegamos al producto de ninguna manera. Queremos emprender un viaje y nos topamos con todo tipo de obstáculos de lo más absurdos y surrealistas. Queremos ponernos en contacto con alguien y toda clase de suertes viene a visitarnos para que NO podamos y viceversa….., pues al revés funciona igualmente. La realidad es energía al cien por cien y como tal, hay que tratarla. Esta energía es estrictamente emocional.

Para conseguir algo o para ir por el camino más fácil, hay que elegir el camino que menos energía requiera.  Es de sentido común, aunque leyendas de todo tipo nos insten a sudar la gota gorda para conseguir el premio. Por ahí no es el camino, a no ser que quieras sudar la gota gorda, entonces, ese será tu camino.

Y si algo te sale bien sin haber hecho nada y sin haberlo deseado, estas leyendas de todo tipo te dicen que estás compensando un mal trago de otra vida o del grupo de almas al que perteneces. Parece mentira pero esto es real y por si fuera poco, está en auge.

Cuando nos encontramos con demasiados impedimentos para acometer esa acción que queríamos realizar, debemos pararnos y reflexionar sobre la energía depositada, la cual se disfraza en tiempo malgastado, en desenfoque, en dinero y en agotamiento. ¡La vida te está diciendo algo! Detrás de problemas y de obstáculos que se te están presentando y de posibles fracasos aparentes, se esconde el propósito mayor. El propósito mayor es la totalidad de una parte de tu yo que percibe la totalidad de tu obra, ese ojo con mayor porcentaje de programación que está viendo la película en 3D. Está haciendo lo posible para que todo se cumpla según lo establecido (digamos «destino») tanto para que no tengas ese incidente que habrías tenido si hubieras seguido los pasos que estabas dando en los que te encontraste con ciertos impedimentos o bien, para que tengas ese incidente.

Tu yo que percibe la totalidad de tu obra siempre te está hablando. Si te empeñas en «ir por otro sitio», entonces, ese yo también te ayudará a ello, pues él tiene una parte del PODER que llevará a la totalidad a cumplir su programa. Todo es casi perfecto, ¿no?

Para facilitar el entendimiento de este artículo, te comento que ese yo que percibe la totalidad de tu obra es parte de otro YO y este, de otro y así siempre. De esta manera, se conforman los círculos energéticos que son esta realidad física, a los que la ciencia llama mente subconsciente, mente colectiva amén de otros nombres, siendo todos ellos interpretaciones que están al alcance de aquellos que se sientan atraídos y más cómodos si se les habla en términos científicos o términos aceptados por una mayoría. Y alma, ser superior y el «yo original», amén de otros,  serían términos adecuados para ti, en el caso de que te sientas atraído por otras interpretaciones de la realidad, las que están en tendencia en la actualidad y que son consideradas superiores a la ciencia o más allá de ella.

Realmente, se trata del enfoque puntual de dicho círculo (alma, mente subconsciente, etc. o como quieras llamarlo) porque dicho círculo siempre se está moviendo y por tanto, cambiando. (Esta explicación solo vale para nosotros pues, en realidad, desde el NO TIEMPO no hay ni movimiento ni cambio, pero eso es otra historia muy alejada de nuestro alcance pues, de alcanzarla, no existiríamos). Por eso, seguir y «estudiar» las sincronías es parte del programa mayor o propósito mayor. No seguirlas, también. ¿A qué seguir, entonces? Hay una parte nuestra, lejana al programa vigente, al que pertenecemos, y es a lo que yo llamo «Comunicación desde el instinto» (conocido por C∼instinto). El instinto es el programa base, sin parámetros experimentados y es nuestro mejor guía en momentos de duda o momentos difíciles.

El instinto te dice que disfrutes de la vida y no que la estudies.

Tanto la realidad que estamos viviendo en el presente como la realidad probable futura están formadas por puntos que forman líneas energéticas en un vasto espacio de posibilidades. Estos puntos formando lineas son también círculos, si juntamos los extremos de las líneas. Si muchos puntos están formando una línea que va a ser más que probable, ocurrirá y lo vivirás.

Pero, si por alguna razón, formas parte de un círculo que representa un grupo humano (es solo un ejemplo) en lo que sea que quieras poner como ejemplo de lo que estamos hablando o si has conectado con tu yo que percibe la totalidad de tu obra en un momento anterior, este hará lo posible para que no TOQUES esas líneas y te muestra la realidad con miles de obstáculos para que el propósito mayor de dicho grupo humano o de tu propia conexión, se haga realidad.

Por eso no hay que dejar la vida en manos de otros. Debemos tener un contacto con nuestro yo más acorde a nosotros constantemente. Este yo siempre estará más cerca del instinto o bien, más cerca del programa vigente. Está claro que yo me dirijo al único lector que puede comprender esto, que es quien NO está identificado en su totalidad por un programa vigente, por lo que es susceptible de acercarse al instinto. Quien esté identificado con el programa vigente en un porcentaje alto, NUNCA podrá comprender esto, pues está alejado del instinto. Ese yo más acorde a ti vive gracias a esos contactos íntimos y siempre te corresponderá. Él es tu yo que percibe la totalidad de la obra en constante movimiento. A veces, confundimos esa voz con la descripción de la realidad, la experiencia o con la no obtención de resultados deseados. Y entramos en conflictos. En la mayoría de las ocasiones, ni siquiera entramos en conflictos porque ya vivimos identificados con ellos.

Por lo tanto, esa es la realidad siempre. No hace falta que leas nada ni que asistas a meditaciones grupales ni que escuches a personas que te describen la realidad desde un concepto totalmente distorsionado, pero que nos suena bien porque está dentro del programa vigente. Hay que hacer todo lo contrario, más bien, que es estar a solas contigo mismo y hablar con tu yo más cercano y acorde a ti, el cual se convierte en tu yo futuro inmediato más probable. Cuanto más conectas con tu yo futuro inmediato, más acortas la distancia, acortas el tiempo de manifestación. Es decir, acortas la experiencia, que es lo mismo que decir que acortas el tiempo. Tu yo futuro inmediato se empieza a confundir con tu yo presente hasta que no ves ninguna diferencia, con lo que comenzarás a ver en tu realidad aquello con lo que has conectado.

Recordemos que nada existe, ni el destino siquiera existe como algo cerrado, por lo que el propósito mayor siempre se está creando.  El propósito mayor no existía hasta que tu yo futuro más inmediato se dio cuenta del CAMINO QUE ESTABAS TOMANDO, el cual te alejaba de él mismo. Por eso te manda señales. Estas señales se tornan en experiencias, las cuales pueden ser buenas o malas. (Este párrafo va dirigido a los participantes del Espacio Percepción y No Tiempo) 

Él quiere existir tanto como tú te agarras a esta vida.  Eres tú cuando COMPRENDES POR ENCIMA DE ESTA REALIDAD, quien te estás mostrando continuamente tu propósito mayor. Y un propósito mayor entendido, da lugar a otro propósito mayor, como los surcos que se forman al tirar una piedra en el agua.

Gracias y disfruta siempre.

Ruth Morales